En esta ocasión hablaremos
del otro súper héroe que todos los niños alemanes y alsacianos esperan con
ansias la mañana del 6 de diciembre: San Nicolás.
La fiesta de San Nicolás
es una tradición de origen alemán inspirada en un santo que existió en el siglo III después de Cristo, Nicolás de Mira, un obispo que nació en la actual Turquía.
Es celebrada en muchos países del este de Europa y en ciertas regiones de
Francia como Alsacia y Lorena. Si San Nicolás es
el patrón de los niños, tiene también el honor de ser el santo patrón de los
comerciantes, los marineros, los abogados, los prisioneros y hasta de los
solteros.
¿Y de qué se
trata esta fiesta? La noche del 5 de diciembre, los niños toman un zapato o una
bota y la ponen en la puerta de entrada o en algún lugar de la casa. Dejan también
al lado un vasito con leche o una copa de licor para San Nicolás y una
zanahoria para su burrito. En la mañana del 6 de diciembre, encuentran lo que
el santo les ha dejado si se han portado bien: una galleta de pan de jengibre con
la imagen de San Nicolás, una mandarina, un chocolate, unas nueces… Pero,
cuidado: si los niños no se han portado bien, se arriesgan a que el Padre
fuete (Père fouettard en Francia) o el Ruprecht (en Alemania) les traiga carbón
o cebollas. Este personaje suele acompañar al San Nicolás en los desfiles y
hace toda clase de travesuras preguntándoles a los niños si se han portado mal.
La historia del
porqué San Nicolás es el patrón de los niños tiene un origen algo truculento:
tres niños que fueron descuartizados por un carnicero y guardados en un tonel
de salmuera hasta que el Santo los resucitó.
Sin embargo, dirían ustedes, ¡el San Nicolás es el mismo Santa Claus o Papá Noel! Tengo que decirles que no, pero sí que hay una relación entre ellos. En Holanda, esta fiesta es también muy popular y allí al San Nicolás lo llaman Sinterklass. Cuando los primeros colonos holandeses llegaron a Estados Unidos, llevaron consigo al Sinterklass y allí se transformó en Santa Claus. Con los años, perdió todas sus características religiosas y llego a ser rojo gracias a una famosa marca de bebidas. Podríamos decir que el San Nicolás es el papá de Santa Claus.
Sin embargo, dirían ustedes, ¡el San Nicolás es el mismo Santa Claus o Papá Noel! Tengo que decirles que no, pero sí que hay una relación entre ellos. En Holanda, esta fiesta es también muy popular y allí al San Nicolás lo llaman Sinterklass. Cuando los primeros colonos holandeses llegaron a Estados Unidos, llevaron consigo al Sinterklass y allí se transformó en Santa Claus. Con los años, perdió todas sus características religiosas y llego a ser rojo gracias a una famosa marca de bebidas. Podríamos decir que el San Nicolás es el papá de Santa Claus.
Para esta ocasión y como nos encantan las tradiciones, decidí preparar unas galletas con la imagen de San Nicolás como se suele hacer aquí en Alemania.
En esta fecha, en
todos los mercados de navidad se encuentran estas galletas a las cuales les
pegan una imagen del San Nicolás impresa en papel común. Y bueno, como existe el
papel comestible me decidí por éste último que pedí fácilmente por internet a
la tienda de Postreadicción. Mandé el archivo por e-mail, me lo enviaron por
correo certificado y listo, sólo quedaba hornear las galletas y pegar la imagen
comestible. No hay cosa más fácil y práctica para decorar unas galletas. Además,
el resultado no puede ser más lindo.
La receta de estas galletas es similar a las de las galletas de jengibre sólo que no lleva huevos. Así que ideal para los que son alérgicos.
Vamos entonces con la receta:
Galletas de San Nicolás
Ingredientes:
-250 g de melaza
(yo uso la de azúcar de remolacha que es las más común aquí)
-50 g de
mantequilla
-40 g de azúcar moreno
-380 g de harina (un poco extra para extender la masa)
-40 g de azúcar moreno
-380 g de harina (un poco extra para extender la masa)
-1/2 cucharadita
de jengibre en polvo
-1 cucharadita de canela molida
-1/2 cucharadita de clavos de olor molidos
-1/4 cucharadita de cardamomo en polvo
-1 pizca de sal
-1 cucharadita de bicarbonato de sodio
-1 cucharada de leche
-1 cucharadita de canela molida
-1/2 cucharadita de clavos de olor molidos
-1/4 cucharadita de cardamomo en polvo
-1 pizca de sal
-1 cucharadita de bicarbonato de sodio
-1 cucharada de leche
Preparación:
2. En una cacerola,
calentar la melaza, la mantequilla y el azúcar hasta que ésta última se
disuelva por completo. Dejar templar un poco.
3. Poner la mezcla templada en un bol y agregar los ingredientes secos con la leche y el bicarbonato. Mezclar suavemente hasta obtener una masa que no se pegue a los dedos. Importante: no amasar demasiado o las galletas quedarán duras, sólo lo justo para tener una masa maleable. Agregar sólo un poco más de harina si es necesario. Dividir la masa en dos, envolverla en film de cocina y ponerla una hora en la nevera.
4. Enharinar una superficie limpia y seca y extender la masa con un rodillo enharinado. Cuando la masa tenga un grosor de medio centímetro, hacer las formas con un cortador de galletas. Colocar las galletas en la placa para el horno forrada con papel manteca.
5. Hornear durante 10 minutos a 200° C, calor arriba y abajo, en la parte media del horno.
7. Dejar enfriar la placa sobre una rejilla y mientras tanto pincelarlas con un poco de agua tibia.
3. Poner la mezcla templada en un bol y agregar los ingredientes secos con la leche y el bicarbonato. Mezclar suavemente hasta obtener una masa que no se pegue a los dedos. Importante: no amasar demasiado o las galletas quedarán duras, sólo lo justo para tener una masa maleable. Agregar sólo un poco más de harina si es necesario. Dividir la masa en dos, envolverla en film de cocina y ponerla una hora en la nevera.
4. Enharinar una superficie limpia y seca y extender la masa con un rodillo enharinado. Cuando la masa tenga un grosor de medio centímetro, hacer las formas con un cortador de galletas. Colocar las galletas en la placa para el horno forrada con papel manteca.
5. Hornear durante 10 minutos a 200° C, calor arriba y abajo, en la parte media del horno.
7. Dejar enfriar la placa sobre una rejilla y mientras tanto pincelarlas con un poco de agua tibia.
Decoración:
Recortar la forma del dibujo con unas tijeras (yo uso unas exclusivas
para esto). Poner en el reverso de la figura un poco de pegamento comestible.
También se puede utilizar un poco de mantequilla ablandada o una pequeña
cantidad de dulce de leche. Pegar delicadamente la figura sobre la galleta y
listo.
El papel de azúcar se conserva bien siempre y cuando se proteja con el
film con el que viene y se guarde en un lugar seco.