Nuestro Blog
disfruta de los últimos días de verano en el sur de Francia donde
hay sol, mar, brisa fresca y especialidades gastronómicas.
La Provenza es una región muy turística pero esto no le quita lo pitoresca y encantadora. Hay campos de lavanda, producción de vino rosado, mercadillos provenzales y el mar tiene el agua color turquesa. En fin, un pequeño paraíso en la tierra.
Una de las cosas que más me gusta comer aquí es la tarta de moras silvestres que hace mi suegra. Se ha convertido en toda una tradición porque no sólo es el hecho de que la comemos una vez al año sino también el ritual que la acompaña.
La Provenza es una región muy turística pero esto no le quita lo pitoresca y encantadora. Hay campos de lavanda, producción de vino rosado, mercadillos provenzales y el mar tiene el agua color turquesa. En fin, un pequeño paraíso en la tierra.
Una de las cosas que más me gusta comer aquí es la tarta de moras silvestres que hace mi suegra. Se ha convertido en toda una tradición porque no sólo es el hecho de que la comemos una vez al año sino también el ritual que la acompaña.
Antes que nada, hay
que esperar a que sea finales de agosto para ir de aventura al bosque
en búsqueda de nuestras moras. Por supuesto, los niños son los
primeros en prepararse para la expedición y como desde hace años
hacen esto ya conocen donde se encuentran los mejores arbustos.
Además del hecho de partir de caminata y de disfrutar de la naturaleza con esta hermosa vista, ¡lo mejor de todo es saber que luego disfrutaremos de lo recolectado en forma de una deliciosa tarta!
Las moras silvestres que se dan aquí son realmente zarzamoras, un poco más pequeñas que las tradicionales moras del mercado pero no menos jugosas y con un sabor dulce. Hay que recolectarlas cuando tengan un color negro brillante y sin ningún rastro de mordedura de insectos o de algún animal del bosque.
Además del hecho de partir de caminata y de disfrutar de la naturaleza con esta hermosa vista, ¡lo mejor de todo es saber que luego disfrutaremos de lo recolectado en forma de una deliciosa tarta!
Las moras silvestres que se dan aquí son realmente zarzamoras, un poco más pequeñas que las tradicionales moras del mercado pero no menos jugosas y con un sabor dulce. Hay que recolectarlas cuando tengan un color negro brillante y sin ningún rastro de mordedura de insectos o de algún animal del bosque.
Este año no fue tan prolífico como los anteriores que han dado muchísimos frutos, pero aún así tuvimos la suerte de encontrar los suficientes para la elaboración de nuestra tarta.
Antes de comenzar con la receta, que es de mi suegra pero que esta vez hice yo, les presento unas indicaciones:
-En esta receta utilicé una masa de hojaldre lista para hornear. Por supuesto que se puede usar cualquier tipo de masa casera para tartas pero todos preferimos la masa de hojaldre. Además, si se quiere ganar tiempo se puede hacer de esta forma.
-Para evitar que la
masa absorba mucha agua de las moras durante el horneado, pongo
harina de almendras en el fondo. Si no es fácil conseguir la harina
de almendras, se puede reemplazar ésta última por galletas de leche
trituradas finamente.
-Yo uso azúcar vainillado para mis tartas pero si no se dispone de éste, reemplazarlo por una cucharadita de esencia de vainilla y utilizar 40 gramos de azúcar en lugar de 30 g.
-Para la crema de la tarta, utilizo pudín en polvo que viene en sobre, del tipo que hace la marca Royal. Quizá sea difícil de encontrar pero se puede reemplazar fácilmente por una cucharadita de otro tipo de polvo para postres como flan, natilla o maizena.
-Para darle un poco de color a la tarta, utilicé unas naranjas enanas o Kumquat del jardín. Esto es sólo opcional y se puede reemplazar por la ralladura de una naranja orgánica. Además de darle color a la tarta le agrega un poco de acidez.
-El toque de los franceses para sus tartas es la crème fraîche, un tipo de crema de leche espesa y ligereamente ácida. Por supuesto, se puede reemplazar igualmente por nata montada espesa o por crema de leche en caso de no disponer de ésta.
Y bueno, listo, vamos con la receta:
-Yo uso azúcar vainillado para mis tartas pero si no se dispone de éste, reemplazarlo por una cucharadita de esencia de vainilla y utilizar 40 gramos de azúcar en lugar de 30 g.
-Para la crema de la tarta, utilizo pudín en polvo que viene en sobre, del tipo que hace la marca Royal. Quizá sea difícil de encontrar pero se puede reemplazar fácilmente por una cucharadita de otro tipo de polvo para postres como flan, natilla o maizena.
-Para darle un poco de color a la tarta, utilicé unas naranjas enanas o Kumquat del jardín. Esto es sólo opcional y se puede reemplazar por la ralladura de una naranja orgánica. Además de darle color a la tarta le agrega un poco de acidez.
-El toque de los franceses para sus tartas es la crème fraîche, un tipo de crema de leche espesa y ligereamente ácida. Por supuesto, se puede reemplazar igualmente por nata montada espesa o por crema de leche en caso de no disponer de ésta.
Y bueno, listo, vamos con la receta:
Tarta de moras
silvestres
Ingredientes:
-Una lámina de masa de hojaldre
-Harina de almendras
o galletas de leche tipo maría o rondallas bien trituradas.
-500 g de moras salvajes
-2 huevos M
-200 ml de crème fraîche o nata montada
-1 sobre de azúcar vainillado
-1 cucharadita de pudín de vainilla
-30 g de azúcar
-Ralladura de naranja al gusto
-500 g de moras salvajes
-2 huevos M
-200 ml de crème fraîche o nata montada
-1 sobre de azúcar vainillado
-1 cucharadita de pudín de vainilla
-30 g de azúcar
-Ralladura de naranja al gusto
Preparación:
1.
Precalentar el horno a 220ºC calor arriba y abajo.
2. Engrasar un molde para tarta de unos 25 cm y extender la masa encima. Cortar los sobrantes y picar el fondo con un tenedor. Esto evitará que la masa se hinche durante el horneado.
3. Si se utiliza las galletas de leche en vez de la harina de almendras, triturarlas en el procesador de alimentos o a mano. Deben quedar como si fuera harina.
4. Repartir la harina de almendras o las galletas sobre la masa hasta taparla completamente. Disponer las moras encima y hornear durante 20 minutos.
5. Mientras tanto, preparar el relleno. En un bol, mezclar con un batidor los huevos, el azúcar, el azúcar vainillado, el pudín en polvo y la crema.
6. Sacar el molde del horno una vez pasados los 20 minutos y poner el relleno encima de la masa y las moras precocidas. Tener cuidado de no tapar por completo las moras. Terminar esparciendo la ralladura de naranja o las naranjas enanas cortadas en láminas.
7. Continuar el horneado por 25 minutos más hasta que los bordes hayan dorado ligeremente y el relleno haya cuajado.
8. Poner el molde sobre una rejilla y dejar enfriar unos minutos. Desmoldar cuidadosamente y presentarla en un plato para tartas.
2. Engrasar un molde para tarta de unos 25 cm y extender la masa encima. Cortar los sobrantes y picar el fondo con un tenedor. Esto evitará que la masa se hinche durante el horneado.
3. Si se utiliza las galletas de leche en vez de la harina de almendras, triturarlas en el procesador de alimentos o a mano. Deben quedar como si fuera harina.
4. Repartir la harina de almendras o las galletas sobre la masa hasta taparla completamente. Disponer las moras encima y hornear durante 20 minutos.
5. Mientras tanto, preparar el relleno. En un bol, mezclar con un batidor los huevos, el azúcar, el azúcar vainillado, el pudín en polvo y la crema.
6. Sacar el molde del horno una vez pasados los 20 minutos y poner el relleno encima de la masa y las moras precocidas. Tener cuidado de no tapar por completo las moras. Terminar esparciendo la ralladura de naranja o las naranjas enanas cortadas en láminas.
7. Continuar el horneado por 25 minutos más hasta que los bordes hayan dorado ligeremente y el relleno haya cuajado.
8. Poner el molde sobre una rejilla y dejar enfriar unos minutos. Desmoldar cuidadosamente y presentarla en un plato para tartas.
Se puede espolvorear un poco de azúcar glas al gusto o acompañar con crema chantilly o yogurt natural.
Como siempre, es tanto placer disfrutar de esta tarta que vale la pena esperar el final de verano y desear que los meses pasen volando para volver a deleitarse.
¡Y feliz vuelta a clases!
